La magia (y los peligros) del corrector ortográfico

En estos días, casi todo el mundo confía en el corrector ortográfico. Con la tecnología para corregir todos nuestros errores, ahorramos mucho tiempo. Ya no tenemos que preocuparnos de si nuestra ortografía es correcta o si tenemos comas en el lugar correcto. Pero, ¿qué tan confiables son los programas de revisión ortográfica?

Los beneficios del corrector ortográfico

No se puede negar que el corrector ortográfico ha facilitado significativamente la vida de todo tipo de escritores. Desde correos electrónicos hasta trabajos universitarios, los programas de corrección ortográfica detectan muchos errores ortográficos y gramaticales que los ojos humanos suelen pasar por alto. Y con el lanzamiento de un software más sofisticado (piense gramaticalmente), el corrector ortográfico es cada vez más preciso. Ahora, por lo general, puede predecir mejor la intención del escritor.

Use el corrector ortográfico como una herramienta, no como una muleta

A pesar de sus innegables beneficios, el corrector ortográfico nunca debe reemplazar por completo el proceso de edición y revisión. Ocasionalmente, un autor escribe una oración que es tan sofisticada (¡o descuidada!) que el corrector ortográfico inevitablemente falla. Es por eso que es importante darle una última lectura a su escrito antes de publicarlo, enviarlo o entregarlo.

Cuándo desactivar el corrector ortográfico por completo

Para algunos escritores, el corrector ortográfico en realidad hace más daño que bien. Por ejemplo, no siempre corrige necesariamente los errores de la manera correcta. El software de corrección ortográfica se ha vuelto bastante bueno para predecir las intenciones de la mayoría de las palabras mal escritas. Sin embargo, los estudiantes con dislexia, disgrafía, u otras discapacidades del lenguaje que dificultan la aproximación a la ortografía correcta, tienden a no seguir los patrones ortográficos típicos en su escritura. Esto hace que el corrector ortográfico "malinterprete" lo que quiso decir el escritor. De hecho, según la experta en alfabetización Louisa Moats, la investigación ha demostrado que para los estudiantes que tienen problemas de escritura o lenguaje, el corrector ortográfico identifica y corrige correctamente las palabras intencionadas sobre 53% de la época. Esto significa que hay una probabilidad del 50/50 de que el corrector ortográfico corrija los errores. En el mejor de los casos, esto hace que la versión final de los escritores sea aún más difícil de editar y revisar. En el peor de los casos, hace que la escritura sea completamente incomprensible. 

Si un estudiante insiste en usar el corrector ortográfico, debe hacerlo manualmente, sin usar la corrección automática, para que el autor pueda asegurarse de que lo que la computadora está corrigiendo es lo que él pretende. La mejor intervención para este tipo de autores puede ser no usar el corrector ortográfico en absoluto, sino revisar y editar a la antigua usanza. Consume mucho más tiempo, pero también brinda una oportunidad de aprendizaje mucho mayor que tener una computadora que podría crear aún más errores de los que había al principio.

La línea de fondo

Utilice el corrector ortográfico con precaución. Puede ser una herramienta maravillosamente útil, pero también puede convertirse en un detrimento significativo para aquellos que luchan con la ortografía aproximada.

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