Los ruidos fuertes, las luces brillantes y los cambios en la rutina pueden ser muy abrumadores para alguien con dificultades del procesamiento sensorial. Todos estos factores pueden causar una sobrecarga sensorial y, por lo tanto, estrés y ansiedad. La posibilidad inminente de un episodio de sobrecarga sensorial puede ser desagradable y difícil para las familias, especialmente para el miembro de la familia que lo experimenta. Estos son algunos consejos para ayudar a los niños a manejar estas situaciones y entornos desafiantes:
1. Aprende los factores desencadenantes
Si sabe cuáles son los desencadenantes más comunes de su hijo y puede evitarlos o al menos anticiparlos, usted y él estarán mucho mejor preparados para lo que se avecina. Si sabe que un desencadenante potencial estará presente y no hay forma de evitarlo, advierta con calma a su hijo para que pueda prepararse mentalmente.
2. Haz un plan
Elabore un plan en caso de que su hijo experimente una sobrecarga sensorial y no pueda autorregularse. Decide a dónde irás y qué harás. Si está en la casa de otra persona, averigüe con anticipación si hay una habitación o espacio donde su hijo pueda ir si necesita tomar un descanso.
3. Crea un horario
Ya sea que esté en casa o fuera, cree tantos horarios como pueda. Saber lo que viene a menudo ayuda a los niños con problemas sensoriales. Deje en claro que ambos deberán ser algo flexibles en la ejecución del cronograma. Aún así, trate de apegarse a él tanto como sea posible.
4. Garantizar un espacio seguro
Dondequiera que esté, establezca un lugar seguro y tranquilo al que su hijo pueda ir cuando se sienta abrumado. Esta podría ser su propia habitación, una habitación de invitados u otra parte aislada de la casa. Debe ser un lugar donde se garantice que no habrá imágenes ni sonidos sorpresivos.
5. Proporcionar familiaridad y herramientas necesarias
Si necesita viajar, lleve consigo algunos artículos que le brinden a su hijo un recordatorio de las comodidades del hogar. Lleve algunos refrigerios que se comen regularmente, juguetes favoritos, libros, animales de peluche o fotos de familiares y amigos. Y, por supuesto, si son útiles, los auriculares con cancelación de ruido y los juguetes/objetos sensoriales calmantes también pueden ayudar a prevenir o distraer a los niños de la sobrecarga sensorial.