Es desgarrador ver a su hijo luchar, y es aún más difícil cuando no sabe cómo ayudarlo. Sin embargo, muchos padres se encuentran en esta posición cada año. En algunos casos, las familias tienen la suerte de ser parte de una escuela proactiva que toma medidas para abordar los desafíos que un estudiante podría enfrentar. Sin embargo, la mayoría de las veces, los padres deben tomar la iniciativa para defender a su hijo. Y la mayoría de las veces, las familias en esta situación se preguntan por dónde empezar.
Es por eso que estábamos tan emocionados de hablar con la defensora de los padres y experta en educación Meredith Gotlin. Trabajó como maestra de matemáticas, subdirectora y directora del Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York antes de convertirse en una madre que tuvo que aprender a defender a sus propios hijos. Ella canaliza esa riqueza de experiencia en su trabajo en Un lugar para empezar donde brinda planificación educativa, apoyo y defensa a las familias. ¿Tiene curiosidad acerca de cómo convertirse en el mejor defensor de su hijo? Escuche la entrevista y siga leyendo para conocer los puntos clave.
Conclusiones clave
¡Los padres siempre deben confiar en su instinto! Si cree que su hijo tiene algún tipo de dificultad, sea proactivo. Un excelente primer paso es comunicarse con el maestro de su hijo.
Durante esa conversación, no olvide ser específico acerca de dónde cree que su hijo está pasando por un momento difícil. Esta evidencia conducirá a un diálogo más significativo basado en hechos.
¡Y esto comenzará su educación como defensor! En esta etapa, lo mejor que pueden hacer los padres es aprender. Involucre al maestro de su hijo, revise el trabajo de su hijo, haga preguntas y solicite evidencia para que pueda aprender más.
Luego, una vez que haya identificado que hay un problema, es hora de asegurar los servicios de intervención para su hijo. Este proceso comienza con una evaluación.
Después de que un padre haya recibido un informe neuropsicológico del médico, es importante comprender los resultados de las pruebas. Debe leer atentamente el documento, con la ayuda de un médico o educador si es necesario, para comprender el perfil neuropsicológico y las necesidades de aprendizaje de su hijo.
Luego, los padres deben compartir ese informe con la escuela de su hijo para asegurar los servicios poniendo un IEP o Plan 504 en su lugar. Algunas escuelas querrán realizar pruebas adicionales, mientras que otras aceptarán los resultados de una evaluación privada. Si su escuela sugiere lo primero, debe aceptar pruebas adicionales específicas, como una evaluación de OT o una para tecnología de asistencia, pero no un examen neuropsicológico completamente nuevo. Es simplemente innecesario, tedioso y agotador para el niño.
Luego, los padres deben hacer muchas preguntas sobre el plan de intervención para asegurarse de que sea apropiado. En esta etapa, es importante que recuerde que cuantas más preguntas haga, más aprenderá; ¡y cuanto más sepa, mejor posicionado estará para abogar en nombre de su hijo!
Asegúrese de tener en cuenta que las escuelas escribirán un IEP que se adapte mejor a ellos porque cada institución tiene recursos limitados. Sin embargo, en última instancia, un IEP es un documento que debe atender las necesidades de el niño. De esta manera, ¡un padre ruidoso será un defensor más eficaz!
Una vez que comienza una intervención, los padres deben asegurarse de solicitar actualizaciones. Regístrese y solicite comentarios de los educadores. De esa manera, no solo puede monitorear sino comprender el progreso. Además, estará en una mejor posición para abogar proactivamente por intervenciones o apoyo adicionales si es necesario.
En última instancia, el paso más importante que pueden dar los padres para convertirse en los mejores defensores de sus hijos es aprender. ¡Y la forma más poderosa de aprender más es hacer preguntas! Al hacer esto, no solo le enseñará a su hijo cómo convertirse en su mejor defensor, sino que también demostrará su compromiso, amor y apoyo para el éxito de su hijo.