Las habilidades socioemocionales se relacionan directamente con la motivación y el éxito académico de los estudiantes. Cuando los estudiantes se sienten seguros de sus puntos fuertes y de su capacidad para mejorar, es más probable que asuman riesgos académicos. Cuando pueden interactuar positivamente con sus compañeros y maestros, obtienen aún más de su aprendizaje a través de oportunidades de colaboración. Para desarrollar estas habilidades, los estudiantes deben aprender qué son, cómo se ven y por qué son importantes.
Una de las barreras más comunes para el éxito de los estudiantes es la falta de perseverancia. Recurrir a “No puedo hacer esto” y “Me rindo” es común, especialmente en los grados más jóvenes. Si los estudiantes no tienen las herramientas para desarrollar habilidades de perseverancia, entonces este diálogo interno negativo eventualmente se convierte en un hábito. Aquí están las formas en que aprendizaje socioemocional (o la falta de ella) afecta el éxito académico de un estudiante.
Perserverancia:
Los estudiantes aprenden perseverancia a través de la enseñanza explícita de estrategias. La diferencia entre los estudiantes que aguantan más tiempo, a pesar del desafío, y los que no, es simplemente las estrategias mentales que han aprendido y desarrollado. Una de las más poderosas de estas estrategias es convertir el diálogo interno negativo en un lenguaje de perseverancia. También es uno de los hábitos más difíciles de desarrollar. Ayuda cuando un maestro le dice a un estudiante que es capaz de superar un desafío. Pero los estudiantes necesitan que se les enseñe a enviarse a sí mismos este mensaje. Necesitan que se les dé el lenguaje a utilizar y las situaciones en las que utilizarlo.
Interacción positiva entre compañeros:
Otro enemigo común del aprendizaje productivo es el conflicto que surge de la colaboración de los estudiantes. No importa cuánta planificación cuidadosa se incluya en sus lecciones, todos los maestros han estado allí: la clase está funcionando sin problemas y las cosas van bien. De repente, los niveles de voz se elevan en un área de la habitación. A pesar de los roles que asignó, los recursos que proporcionó y sus instrucciones claras, se encuentra mediando una discusión una vez más. ¡Esto no es tu culpa! Los estudiantes no han desarrollado las herramientas necesarias para evitar o resolver este conflicto por sí mismos. Esto también se puede enseñar. Al igual que con cualquier habilidad, necesita ser modelado.
Modelar interacciones positivas es útil, pero modelar qué hacer y decir cuando surge un conflicto es igualmente importante. Si los estudiantes solo aprenden cómo son las interacciones positivas, entonces cuando se encuentran en un conflicto, de repente se encuentran en un territorio desconocido. Esto es cuando un período productivo de aprendizaje puede descarrilar.
Si bien algunos adultos no son grandes fanáticos de los juegos de rol, a los niños generalmente les encanta. Con la ayuda de los estudiantes, haga una lluvia de ideas sobre tantas posibles fuentes de conflicto como pueda. Luego, haga que algunos estudiantes modelen periódicamente cómo podría ser este conflicto y las posibles estrategias para resolverlo sin la intervención de un adulto. Las fuertes habilidades de SEL no evitan que ocurran conflictos. Pero empoderan a los estudiantes para manejar ese conflicto de manera positiva y productiva.