Las artes marciales, como Karate y Jiu Jitsu, tienen miles de años. Se originaron en Asia como formas de autodefensa. Ahora, si bien siguen siendo métodos extremadamente efectivos de defensa personal, sirven para otros propósitos. Practicar artes marciales puede ser especialmente beneficioso para los niños, en particular para aquellos que tienen problemas académicos o de comportamiento.
Un principio importante de las artes marciales es la autodisciplina. Al aprender a enfocar sus energías mentales y físicas, los estudiantes que practican artes marciales desarrollan esta autodisciplina y, con ella, también mejora su autocontrol. A los niños les encanta practicar artes marciales porque les da una sensación de poder físico, al mismo tiempo que les enseña importantes habilidades de regulación. Estos son algunos de los muchos otros beneficios de inscribir a su hijo en artes marciales:
1. La superación personal es el enfoque, no la competencia.
Si bien algunas formas de artes marciales son “combativas”, los maestros nunca comparan a los estudiantes y en realidad nunca pelean entre sí. De hecho, el aspecto más importante del combate de artes marciales es el respeto mutuo. Las metas son individualizadas y los maestros se encuentran con los estudiantes donde están y los guían hacia la mejora. Si bien se valora la comunidad, la experiencia y el camino de cada estudiante son únicos.
2. Autocontrol y concentración.
Las artes marciales tienen que ver con la conexión mente-cuerpo. A medida que toman conciencia y construyen esta conexión, los estudiantes comienzan a perfeccionar la capacidad de su mente para controlar su cuerpo, fortaleciendo así su autocontrol. La disciplina que demandan las artes marciales también les da a los estudiantes una enorme cantidad de autocontrol. Son capaces de concentrarse mejor como resultado del trabajo profundamente cognitivo que requiere el aprendizaje de las artes marciales.
3. Enseña organización y estructura.
Las rutinas de artes marciales siempre se enseñan en partes pequeñas para que los estudiantes las aprendan más fácilmente. Este formato de aprendizaje muestra a los estudiantes una forma valiosa de abordar cualquier tarea a gran escala: en piezas pequeñas y del tamaño de un bocado. Abordar rutinas largas poco a poco les enseña a los estudiantes que pueden adoptar el mismo enfoque en otros aspectos de sus vidas.
4. Es un excelente ejercicio.
Hay innumerables beneficios físicos y mentales de practicar artes marciales. Desarrolla fuerza y enseña coordinación a través del movimiento. ¡También brinda a sus estudiantes conocimientos prácticos de defensa personal, que esperamos que nunca tengan que usar! Pero si alguna vez lo necesitan, mientras sigan practicando, estarán preparados.
5. Construye la autoestima.
Finalmente, la individualización y autonomía que tienen los estudiantes para demostrar su conocimiento y habilidad en artes marciales aumenta su confianza. Realmente no hay una forma de “fracasar” en las artes marciales. Uno simplemente progresa a su propio ritmo. Esto evita que los estudiantes se sientan defraudados por la falta de progreso; solo pueden mejorar. De repente se sienten capaces de algo y esto, a su vez, aumenta su autoestima.