La mayoría de los niños luchan con la regulación emocional en algún momento. ¡Incluso reconocer su respuesta emocional a las situaciones puede ser difícil para algunos niños, y mucho menos tratar de controlar cómo expresan sus sentimientos! Sin embargo, es una habilidad muy importante que deben aprender. La buena noticia es que hay estrategias que funcionarán para cualquier niño, sin importar qué tan fuerte sienta esos sentimientos. Algunos pueden tardar más en dominar la regulación emocional que otros, pero con práctica y apoyo, todos los niños pueden eventualmente aprender a manejar mejor sus emociones.
¿Cómo es la regulación emocional?
¡Regular las emociones no significa sofocar los sentimientos! De hecho, el primer paso en la regulación emocional es enseñar a los niños a reconocer cómo se sienten, sin vergüenza, culpa o juicio. Luego, una vez que puedan hablar sobre sus sentimientos, podrán aprender cómo responder mejor a esas emociones. Alguien que haya dominado la regulación emocional no se sentirá menos fuerte que alguien que no lo haya hecho. En cambio, solo pueden administrar mejor sus respuestas.
¿Cómo desarrollan los niños la regulación emocional?
La mayoría de los niños aprenden la regulación emocional a través de una combinación de observación y prueba y error. Al observar a los adultos en su vida, aprenden cómo reaccionar, para bien o para mal. Cuando ven que sus padres o cuidadores reaccionan agresivamente, es más probable que los niños exhiban esos mismos comportamientos; si esos adultos están más inclinados a responder a la frustración de una manera más mesurada, el niño seguirá ese ejemplo.
Los niños también aprenden a regular sus emociones a través de la experiencia. Ven cómo reaccionan los demás a su comportamiento y aprenden de las respuestas positivas y negativas. Por ejemplo, cuando los niños pequeños están enojados porque alguien toma su juguete, pueden reaccionar golpeando. Es probable que esto, a su vez, haga llorar al otro niño. En esta situación, es probable que ambos niños pequeños aprendan algo. El niño pequeño que golpeó puede ver que hizo llorar al otro niño. De manera similar, el niño que tomó el juguete puede ver que su acción hizo que su amigo se molestara lo suficiente como para golpearlo. A través de estas experiencias, ambos aprenderán a ser más amables.
¿Por qué algunos niños luchan con la regulación emocional?
Hay algunas razones por las que un niño puede tener dificultades para desarrollar habilidades de autorregulación. Estos problemas son comunes en los niños que tienen problemas con Función ejecutiva habilidades, incluidas aquellas con TDAH. Los estudiantes con problemas de procesamiento sensorial a menudo también luchan con la autorregulación, ya que suelen experimentar hipersensibilidad a ciertas imágenes, sonidos y texturas. Estas sensaciones intensificadas pueden desencadenar respuestas emocionales más extremas y frecuentes. Finalmente, algunos estudiantes simplemente nacen con una capacidad limitada para autorregularse. Por ejemplo, algunos bebés nunca desarrollan la capacidad de calmarse solos. Aquellos que buscan consuelo exterior en la infancia es probable que todavía lo hagan a medida que crecen en la infancia. Eso no significa que no puedan aprender a regular. Simplemente significa que puede requerir más tiempo, práctica y un apoyo más estructurado.
Estrategias para enseñar a los niños a regular las emociones
Desarrollar la autoconciencia. Todos debemos ser conscientes de lo que desencadena sentimientos de estrés. De esa manera podemos evitar o prepararnos proactivamente para situaciones que probablemente sean difíciles. Los niños no son una excepción. Nunca es demasiado pronto para conversar con los niños sobre lo que los hizo sentir de cierta manera y por qué. Ayúdelos a identificar patrones y hacer observaciones sobre lo que parece desencadenarlos.
Leer libros sobre la autorregulación. Los personajes de los libros pueden ser poderosos modelos a seguir para los niños pequeños. Además, las historias suelen ser la forma más eficaz de hablar con los niños sobre habilidades y conceptos que son un poco más complejos.
Enseñar atención plena y otras estrategias de afrontamiento. Herramientas simples como respirar profundamente y contar pueden parecer un cliché para algunos, pero pueden ser de gran ayuda para los niños que tienen problemas para regular sus emociones. Los niños también pueden desarrollar un mantra o una pregunta de enfoque en situaciones estresantes, como "Estoy bien" o "¿Qué reacción mejorará esta situación?" para ayudar a fundamentar su respuesta.
Ayudar a los niños a aprender a reflexionar. Cuando los niños tienen una crisis nerviosa, lo mejor que puede hacer es mantener la calma por ellos. Una vez pasado el momento, entabla una conversación en la que sean ellos los que lleven la peor parte de la reflexión. No les diga lo que hicieron mal y por qué no fue la elección correcta (si es necesario que esa conversación suceda, ¡debe ser una completamente separada!) En cambio, ayúdelos a identificar qué y cómo mejorar, y déjelos. ellos crean un plan sobre cómo responder mejor la próxima vez. Los niños apreciarán la voz y la autonomía, ¡y siempre es útil ayudarlos a aprender de la experiencia!