En cada salón de clases, hay estudiantes en todos los niveles de habilidad: justo en o alrededor del nivel de grado, significativamente por encima del nivel de grado y significativamente por debajo del nivel de grado. Puede ser un desafío abordar un mar lleno de diferentes necesidades, niveles, intereses y estilos de aprendizaje al mismo tiempo. Intentar abordarlos todos en una lección, o incluso en un día, puede parecer una tarea agotadora e infructuosa. Pero no tiene que ser así.
La importancia de saber cuál es la posición de los estudiantes
Muchos intentos fallidos de apoyar a todos (oa cualquiera) de los alumnos comienzan con una suposición errónea de las fortalezas y debilidades de los alumnos. Las evaluaciones diagnósticas precisas y detalladas permiten al maestro formular intervenciones más precisas y apropiadas. Un ejemplo de una excelente herramienta de diagnóstico es una muestra de escritura, en la que los estudiantes pueden elegir un tema. Una herramienta de diagnóstico no tan buena es una prueba de opción múltiple, donde los estudiantes no solo pueden obtener la respuesta correcta al azar, sino que su pensamiento nunca es visible. En general, tenga cuidado con los diagnósticos como este que no brindan información detallada sobre el desempeño de un estudiante. Los indicadores generales, como "se acerca al nivel de grado", hacen poco para ayudarlo a comprender qué habilidades los estudiantes necesitan practicar más.
El poder de la elección del estudiante en la diferenciación
No existe una bala de plata para apoyar a los estudiantes en una variedad de niveles, pero la elección y la agencia de los estudiantes siguen siendo un enfoque pedagógico alentador y eficaz. Los estudiantes presentan cada día una variedad de habilidades, intereses, antecedentes y preferencias. No hay un estudiante "típico" y es lógico pensar que ninguna lección se adaptará efectivamente a todos los estudiantes.
Las experiencias de aprendizaje basadas en elecciones más exitosas tienen algunas características en común:
Metas claras: asegúrese de comprender lo que cada estudiante debe poder hacer al final de la experiencia de aprendizaje. También asegúrese de que los estudiantes puedan ver el objetivo final en un lenguaje que tenga sentido para ellos.
Enfoques flexibles: sugiera múltiples formas en que los estudiantes pueden lograr los objetivos. Algunos estudiantes pueden tener dificultades si no iluminas los caminos posibles. Considere las barreras que los estudiantes pueden encontrar y diseñe apoyos que puedan ayudar a todos los estudiantes, independientemente de las decisiones que tomen.
Rendición de cuentas: una idea errónea común es que las actividades de aprendizaje basadas en elecciones son simplemente divertidas y carecen de elementos de evaluación. Pero al igual que todas las actividades de instrucción, el aprendizaje basado en elecciones debe estar vinculado a la evaluación y las metas. A los estudiantes se les debe recordar constantemente sus objetivos, evaluar su propio progreso y reflexionar sobre su desempeño.
No es una ciencia exacta
Apoyar a los estudiantes en todos los niveles académicos no es tarea fácil. La atención exitosa a todos los alumnos requiere una evaluación cuidadosa y una instrucción creativa. Aún así, no es ciencia espacial. Las evaluaciones productivas ayudarán a replantear todo el desafío con una mentalidad de activos: cada estudiante tiene una gran cantidad de talento y potencial sin explotar. En lugar de verlo como su trabajo para reparar cada brecha de aprendizaje y remediar cada malentendido, imagínese como un facilitador creativo cuyas habilidades únicas pueden ayudar a los estudiantes a aprovechar sus talentos únicos para el éxito académico. De hecho, el éxito en este esfuerzo da vida a las aulas y les recuerda tanto a los maestros como a los estudiantes cuán gratificante puede ser el aprendizaje.