Cómo enseñar el autocontrol

El autocontrol se refiere a nuestra capacidad para rastrear lo que estamos haciendo y cómo o por qué lo estamos haciendo. Nos autocontrolamos (o al menos deberíamos hacerlo) en cada entorno y actividad. Desde cómo leemos y escribimos hasta cómo interactuamos con amigos y familiares, el autocontrol mejorará en gran medida nuestro rendimiento académico, las interacciones sociales y la vida diaria. Cuanto más conscientes seamos de lo que estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo, mejor podremos realizar cualquier tarea determinada. Y aunque el autocontrol es importante para todos nosotros, es especialmente esencial para los estudiantes. Cuanto antes puedan aprender a autocontrolarse, mejor.

Estrategias para enseñar a los estudiantes a autocontrolarse

Construir metacognición.

El primer paso para mejorar las habilidades de autocontrol de un estudiante es mejorar su conciencia de sus propias fortalezas y desafíos, es decir, su metacognición. De lo contrario, los niños no podrán planificar los desafíos, identificar los éxitos y aprender de los errores. Una forma de ayudar a los estudiantes a conocerse a sí mismos es dándoles una encuesta metacognitiva. Encuestas como Éste puede ayudarlos a tomar conciencia de sus fortalezas, valores, estilos de aprendizaje y hábitos de estudio. Como resultado, podrán autoevaluarse de manera más efectiva.

Crear listas de verificación.

Una estrategia simple pero impactante para ayudar a los estudiantes a aprender a autocontrolarse es crear listas de verificación con sus errores más comunes. Esto no solo ayudará a los estudiantes a aprender a identificar los errores que cometen con más frecuencia, sino que también los ayudará a revisar activamente su trabajo para evitar esos mismos errores. Esta estrategia se puede aplicar a una serie de problemas matemáticos, una pieza de escritura, una grabación de ellos leyendo un texto, ¡lo que sea! La clave es reforzar que los errores son solo información para aprender, pero los estudiantes deben aprender de ellos para no volver a cometer los mismos.

Pregunta a menudo.

Mientras los estudiantes están trabajando, deben detenerse periódicamente y preguntarse qué están haciendo y cómo o por qué lo están haciendo. Preguntas como "¿se ve bien esa oración?" o “¿mostraré mi trabajo de una manera que tenga sentido?” puede ayudar a los estudiantes a autoevaluarse y aprender de la experiencia. La mejor manera de hacer que los estudiantes se sientan cómodos haciéndose estas preguntas es que lo vean modelado a menudo y en diferentes contextos.

Identifique su propósito.

A medida que los estudiantes pasan por su día, deben detenerse y reflexionar sobre su propósito. ¿Por qué estoy leyendo este libro? ¿Qué me está ayudando a lograr esta reacción emocional? ¿Estoy comunicando lo que quiero transmitir en este párrafo? Una vez que han identificado su propósito en cualquier tarea dada, pueden evaluar si están en el camino correcto.

Detener, Revisar, Reflexionar.

Una gran parte del autocontrol es la autoevaluación. Tan importante como es, muchos estudiantes se resisten a revisar su trabajo. Pero la autoevaluación es mucho más que verificar dos veces las respuestas. Se trata de reflexionar no solo sobre el resultado final, sino también sobre el proceso y cómo se sintió el estudiante en ese proceso. Se trata de identificar brechas en las habilidades, estrategias o conocimientos que pueden haber causado errores o frustraciones, y elaborar un plan sobre cómo hacerlo mejor la próxima vez. Una vez más, no hay nada de malo en cometer errores; son parte del proceso de aprendizaje. ¡Identificar esos errores a través del autocontrol y aprender de esas experiencias es la clave para el crecimiento y la mejora!

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